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—El coronel de la UMD debuta en literatura con una novela deslumbrante.

A rienda suelta es una toma de tierra segura, un homenaje a la aldea universal, un canto a la libertad.

—Eduardo Riestra: “A rienda suelta es una absoluta delicia. Solo tenemos que hacer que la gente lo descubra”.

 

Este blog de aldea —inspirado en la cabaña de Thoreau en Walden—, se llama “Lo pequeño es hermoso” como homenaje a la filosofía del economista alemán Schumacher, quien en 1973 anticipó los graves desastres del cambio climático y el destrozo del planeta Tierra, consecuencias de lo que él llamaba “la ceguera de la religión de la economía”.

En dirección contraria a lo súper y a lo macro —mercados, Estados, multinacionales, oligopolios—, necesitamos apostar exclusivamente por aquello que proteja y conserve la escala humana. La estúpida carrera del crecimiento sin límites conduce a la alienación y al precipicio. Solo la escala humana nos humaniza: en energía, urbanismo, arquitectura, transporte…, en todos los órdenes de la vida; y también en comunicación, donde la voz, la conversación, la tertulia, la tradición oral, han sido suplantadas por un trampantojo de (in)comunicación-basura.

León Tolstói —que escribió una trilogía de memorias sobre su infancia y juventud— expresó así la belleza de la escala humana: “Pinta tu aldea y serás universal”, y este es el estrecho sendero de la memoria que escoge Pepe Fortes (de profesión, optimista) para pintar, en una novela universal, su aldea, su diminuta y fantástica aldea en la montaña gallega.

Prisma de cuarzo
El coronel Xosé Fortes Bouzán (Caroi, 1934) es bien conocido como uno de los capitanes de la UMD que pagó un alto precio personal y familiar por defender la democracia en el ejército durante la dictadura de Franco. La historia de la UMD, su encarcelamiento y el consejo de guerra —“Mojamos la pólvora del ejército franquista”— están contados con detalle en los libros Proceso a nueve militares demócratas, de Fortes y Luis Otero (Argos Vergara, 1983), y Cuando las derrotas otorgan la victoria (Destino, 2011).

Como profesor e historiador, John Keating Fortes —¡Oh, capitán,  mi capitán!— ha dejado en Pontevedra una intensa huella que se traduce en el inmenso cariño de sus alumnos y alumnas: su Club de los poetas muertos. Revolucionó pedagógicamente el Instituto de A Xunqueira, vistió de gala las Rías Baixas y el Mar de Galicia, y nos lega una historia de Pontevedra que es y será libro de referencia de la Boa Vila, de la que debiera ser nombrado cronista perpetuo.

Periodista en Vagalume, guionista, catador, cinéfilo, cocinero de paellas, incluso concejal de urbanismo… no caben aquí todas las caras del prisma de cuarzo (porque Fortes está hecho de cristal de roca, o de casiterita de la mina de Medelo), pero sí añadiré otras dos menos conocidas: Gaiteiro, con éxitos internacionales en Bretaña, aunque nunca haya ido a Luar;  y cowboy, a la manera de Clint Eastwood, que domó al Rubio y cabalgó Galicia entera en la serie de tv Os Viaxeiros da Luz.

Y ahora, al filo de sus lúcidos 85 años, y con una memoria tan fresca como envidiable, Pepe Fortes sigue siendo un romántico en estado puro —lector temprano de Byron y Shelley—, que nos sorprende y enamora como novelista con un relato de memorias inteligente y simpático, que hace sonreír en cada página: A rienda suelta (Ediciones del Viento, 2019, con prólogo de Susana Fortes).

A rienda suelta es un espejo en el que reconocemos nuestras raíces, una toma de tierra segura para un mundo deshumanizado, un homenaje a la aldea universal de Tolstói, un canto a la libertad.

Homero en Lapamán
De las muchas vidas libres que he compartido con Fortes —rey Arturo en Bretaña, Voltaire ilustrado en París (creo recordar que también estuvo en la toma de la Bastilla), peregrino ateo en Praga y Budapest—, quiero recordar un viaje a Portugal para dar un abrazo, el sagrado abrazo de la amistad, del que fui testigo, al capitán de los claveles, Otelo Saraiva de Carvalho: hacía mucho frío en Tomar aquella mañana del 4 de fevreiro de 1988. Al regreso, visitamos a Saramago en Lisboa y escuchamos de su voz reposada los primeros ecos del Ensayo sobre la ceguera.

Han pasado treinta años desde entonces, y mucha agua bajo los puentes del Almofrei, y Fortes ha sabido domar el potro de la buena literatura —la mala tiende a desbocarse—, más arduo que el Rubio, y escribe con la sencillez y la elegancia de quien mira a la verdad cara a cara: ya no hay cuentas pendientes que ajustar, ni peajes que pagar ni otras medallas que las de la amistad y el afecto.

En su retiro de Lapamán, Homero escucha el atardecer y alcanza un último grado de sabiduría: su único poder es la palabra. En medio del ruido que nos devora, la prosa limpia y sin florituras de Fortes nos invita a escuchar (hermoso verbo) la voz de la memoria. La voz de Pepa da Ramona, cuyo talento narrativo producía en el corro un silencio sepulcral, el eco de los parientes emigrados a Brasil, el monólogo interior de la última carta de su padre (muerto en el frente de Teruel en 1938), la rica tertulia ácrata del Carabela, o el grito de guerra del pincha-colillas Ramiro: “Se morro, morrín”.

“Las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo”. Pues bien: ante el ruido de la comunicación basura y frente a los dogmas de la religión de la economía, el humanista ilustrado Xosé Fortes, el Tolstói de Caroi, carballo de sólidas raíces, soñador de victorias, rico en derrotas, romántico incurable, nos refresca la belleza de las cosas sencillas —a saber, que Lo pequeño es hermoso—, y nos invita a cabalgar la vida en libertad, con el único heroísmo de hacer en cada momento lo que debemos. Respect!

 

Pide tu ejemplar:
Librería Ediciones del Viento: A rienda suelta, de Xosé Fortes

978-84-949254-9-8