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La desgracia humana y la catástrofe ecológica que la semana pasada se ha abatido sobre el centro de Portugal debería hacernos reflexionar. Sin tantas muertes, lo de Pedrógâo ha ocurrido antes en Galicia (2006), o muy recientemente en El Bierzo, en nuestro Valle del Silencio, y seguirá ocurriendo porque responde a un patrón de conducta suicida, un modelo de negocio: 60.000€ a la hora.

“Mientras el fuego sea negocio, seguirán los incendios. Lo que hay que preguntarse es quién saca rendimiento económico a esta desgracia”, declaraba hace algún tiempo un agente forestal [Vigo.e].

Año tras año, un verano tras otro, los incendios se repiten cansinos, monótonos, previsibles: la pesadilla de una catástrofe anunciada, que este verano caliente y seco de 2017 amenaza con ser aún más terrible. Año tras año, las autoridades repiten los mismos errores: apagar fuegos en verano, gastando millones de euros, tirando el dinero público. Los incendios, señores alcaldes y consejeros, se apagan en invierno. ¿Cómo?: Planificación y Prevención.

Gracias a la “planificación familiar”, evitamos los embarazos no deseados y nuestros adolescentes aprenden a ponerse el preservativo en las aulas del Instituto, bendita generación de milenials prevenidos. Las autoridades sanitarias han puesto en marcha un plan de “prevención del cáncer de colon”, que ahorrará miles de muertes, dolor y millones de euros en cirugía. Mejor prevenir que extirpar; y mejor si practica usted una buena alimentación, ejercicio diario y vida sana para proteger su salud y prevenir la enfermedad. Planificar y prevenir. Antes de seguir jodiendo, pónganse un condón.

Lo contrario de lo que se hace en nuestros montes (y en concreto los del Bierzo), donde reina el más absoluto desorden e irracionalidad. Plantaciones indiscriminadas y brutales de eucaliptos o pinos, hasta el borde mismo de las casas y cunetas, como en Pedrógâo, sin ninguna ordenación ni planeamiento, montes abandonados llenos de maleza y rastrojos, auténticos polvorines, a la espera de un rayo justiciero o una cerilla asesina.

Las autoridades medioambientales tienen alergia a la planificación: les molesta todo lo que huela a plan forestal sostenible (limpieza y ordenación del bosque, protección, vigilancia, usos racionales: maderero, apícola, micológico, cinegético, pastoreo, recreativo; bosque autóctono, biodiversidad, aire limpio; en fin, un método preventivo serio). Les molesta, como los planes urbanísticos molestan a los especuladores del ladrillo. Quieren licencia para especular, licencia para facturar 60.000€ a la hora.

Cada incendio forestal es un gran negocio para alguien cuyo rostro nunca veremos. Un avión Matacán cuesta 5.653€/hora, un hidroavión 4.000€/h, un helicóptero Kamov, 6.000€/h; una brigada Puma, 268€/h, etc. [Lista de precios Xunta de Galicia 2012, donde un par de empresas, Inaer y Nanutecnia, acaparan el negocio].

Vayan tarifando, señores. Añadan motobombas, agentes, cascos y equipos, mangueras, camiones, aviones y helicópteros de coordinación. Añadan el coste oculto de miles de euros que paga el erario público a policía, guardia civil, protección civil y demás cuerpos. Añadan también el coste de los daños directos (casas, vías, postes, árboles) y el coste oculto de la destrucción del paisaje, aniquilamiento de la biodiversidad, etc.; sumen el coste de las medidas post-incendios, para evitar aluvión de cenizas, las repoblaciones, y la contaminación de ríos y aguas potables: los vecinos de Ponferrada pagarán este año una factura de agua muy cara por la contaminación del Oza.

Sumen todo y calculen el negocio de un entramado político-económico que “crea” puestos de trabajo eventuales, clientelares, brigadas escogidas a dedo por alcaldes y partidos, con grandes zonas de sombra y ninguna transparencia. Busquen en las webs del Ayuntamiento de Ponferrada, de la Junta de Castilla y León, del Gobierno de España, los contratos con todas y cada una de las empresas que participan de este inmenso negocio. ¿Para qué sirve la Ley de Transparencia?

Grandes zonas de sombra en las que cada verano se mueven muchos millones de euros. La estupidez del círculo vicioso es fácil de comprobar: en 2015 se quemaron en España el doble de hectáreas que en 2014 y 2013 [Informe WWF]. En el período 2000-2015, Castilla y León, con 28.407 incendios, está muy por encima de la media nacional. No es cuestión de más autobombos, digo, perdón, autobombas; ni más helicópteros y aviones, sino de aplicar modelos que funcionan: Suiza, Vizcaya, Soria…

Frente al fracaso social reiterado del incendio forestal como modelo de negocio, planes forestales sostenibles. Cada euro invertido en prevención nos ahorra cien euros en extinción, y todos los demás daños colaterales ecológicos y sociales. Frente al negocio de 60.000€/h, Planificación y Prevención. ¡Arriba las ramas!

Ver en La Nueva Crónica

Foto Anxo Cabada

Más información:

La minuta del fuego, Faro de Vigo, 2013.

El precio de apagar un incendio forestal, Hoy.es, 2009.

Informe WWF 2016.