Viaje interior por la provincia del Bierzo

Si la madera de encina se pudiera injertar en el granado.

Primavera de 2008 con Anxo Cabada, Sandra y Alicia Carrera.

De la Introducción: Si nuestro libro, El Viaje del Vierzo, escandalizó a unos cuantos puristas bienpensantes, éste de 2009 escandalizará al resto de la ortodoxia local, aunque no sea mi propósito: el escándalo está en el ojo que mira y no en el libro que ves. Las fotos de Anxo no tienen piedad ni compasión.

Nuestros caballos entraron a pastar en el claustro de Carracedo o en el patio de armas de Cornatel, porque en 1988 estaban tan abandonados como el día en que los dejaron atrás las tropas francesas, después de usar el monasterio como posada y cuadra, y de calentarse haciendo fogatas con los incunables de la biblioteca que admiró a Jovellanos. ¡Voilá, la grandeur de la France!

De modo que, para tomarle el pulso a mi tierra y dar ejemplo a mis hijas, haciendo camino al andar, nos ponemos en marcha veinte años después con el decidido propósito de ahuyentar brujas y abrir ventanas: hay todavía un Bierzo rancio, que huele a cura, que mete a la Deportiva, a la Morenica y al botillo en el mismo saco de las esencias.

Fotografía: Anxo Cabada
Editado por IBISAtv, 2009
ISBN: 978-84-87036-57-6
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Reseñas:

Pedro Trapiello: «Viaje al interior de la provincia del Bierzo es un caleidoscopio de brillos y recodos que multiplica la grandiosidad del Bierzo reescrito en templario, minero, viñador y hortelano o reinventado en artes, posadas y fraguas muertas. He gozado con su lectura. Tiene una cierta vocación enciclopédica y le palpita lo «glocal», ese local-global que hace del berciano un necesario soñador de otros horizontes inspirado por el viento atlántico de la buena locura» [La buena locura, Diario de León, 19-10-2009. Texto completo].