Si te gusta, comparte:

¡Qué bonito el Nodo!, ahora que TVE lo recupera y nos hace volver a los tiempos del pelargón y “vamos a la cama, que hay que madrugar”. ¿Recuerdan aquella imagen del Nodo, del ministro de Información y Turismo, don Mariano Rajoy Brey, bañándose en la playa de Palomares? Decía el locutor del Nodo en off:

—Como parte del programa previsto y para demostrar con el ejemplo que no existe peligro de radioactividad en esta zona costera el ministro señor Mariano Rajoy, el embajador de Estados Unidos y el jefe de la región aérea del estrecho se dan un buen baño, pues así lo permite la benignidad del clima a pesar del invierno. El embajador demuestra con los brazos abiertos que se está bien en estas aguas inofensivas. Y hecha esta elocuente demostración el ministro y el embajador nos dicen adiós al salir del agua.

Vi la escena con ocho años en el cine Edesa de Ponferrada, en febrero de 1966, antes de la sesión continua del domingo por la tarde. Habíamos ido a ver La ciudad no es para mí, protagonizada por Paco Martínez Soria, nuestro ídolo, y aquellas imágenes de Mariano Rajoy con un calzoncillo oscuro de la posguerra impactaron en mi memoria como la bomba atómica en Hiroshima.

Ah, que mejor no mentar la soga en casa del ahorcado: aquel año, los más jóvenes no lo recuerdan, pero está todo en la web en dos clicks, sobre el cielo de Palomares chocaron un bombardero B-52 y un avión cisterna americano KC-135 y cayeron al agua cuatro bombas atómicas; cuatro bombas termonucleares Mark 28 (modelo B28RI) de 1,5 megatones cada una, de 1,5 metros de largo por 0,5 metros de ancho, con un peso de 800 kg., de las que dos desprendieron parte de su carga mortífera contaminando la zona. Bueno, todo esto el Nodo lo contaba a su manera, el baño de don Mariano Rajoy en las “aguas inofensivas” parecía una postal turística de Fitur.

Ahora, en 2013, el Nodo ha vuelto en technicolor: anoche recibimos un ectoplasma virtual desde Japón en el que aparece don Manuel Fraga Iribarne bañándose en Fukushima. Se le ve cara de mucha risa, como diciendo, “está calentita el agua”, como de hacerse pis en la playa del gustito. Al salir del baño nuclear, como un nuevo Superman hispano-japonés, don Manuel Fraga ha declarado: “¿Lo veis? Los temores sobre Fukushima son infundados”.

Son alarmas gratuitas de esos ecologistas desgreñados y perroflautas. Y la señora esa que manda en Europa, doña Merkel, que quiere acabar con la energía nuclear, lo que pasa es que está muy mal informada. La p con la a pa: la energía nuclear es muy sana y muy buena; y a los desahuciados esos de Ada Colau, les vamos a regalar un piso de protección oficial en la central de Garoña. Y, además, saldrán en el Nodo.