—Jefe, ¿qué hacemos con lo de Mas? –preguntó Jorge Moragas, agenda en mano.
—¿Cuándo es el Madrid-Borussia?
—El martes.
—Pues dile a Posada que convoque pleno después de comer, a las cuatro, para que a la hora del telediario la peña esté viendo el partido.
—¡Oído, cocina! –Moragas tiró de móvil mientras Rajoy reposaba las piernas sobre la mesa y aspiraba el aroma del Cohiba Maduro 5 Genios, su puro favorito, dulzón y equilibrado, con notas de café, recién traídos de La Habana por el embajador, “de parte de Raúl, Presidente”.
—A ver, el miércoles tengo un asunto muy importante, la final de la Copa del Rey, y luego, a ver si me dejan en paz la Semana Santa –pensó el Presidente, haciendo zapping en la NBA. Moragas consultó las previsiones de Moncloa:
—El 22 y 23 de abril hay semifinales de la Champion League. Tenemos ahí colocados al Real Madrid y al Atletic.
—Dile a Posada y a Pío que convoquen plenos.
—OK, jefe. Otra cosa, el viernes 9 de mayo empieza la campaña y dice Alicia que el sábado te quiere en un mitin en Sevilla.
—No puedo, tengo el Giro de Italia, que vaya Cañete, que para eso es el candidato.
—¿Pongo algo con la prensa la jornada de reflexión?
—No jodas, ¿me queréis aguar la final de la Champion League?
—¡Presidente!, pero al menos irás a votar el 25, ¿no?
—¡Lo que me faltaba! ¿Quieres que me pierda Roland Garros? Si acaso, votaré por correo –dijo Mariano al tiempo que daba otra chupadita al habano y una nube tropical perfumaba la estancia. Moragas sudaba para encajar la agenda del Presidente.
—Mira, Jorge –le tranquilizó John Wayne- lo de las europeas, ya está el pescado vendido, ya sabes cómo va Bruselas. A mí lo que me preocupa es lo de Brasil.
—No te entiendo, Presidente.
—Pues a ver cómo llegamos al Mundial, porque este final de liga está siendo muy duro. Si ganamos el Mundial, Obama flipa y salvamos la legislatura. Luego, la gente se va de veraneo, viene la Vuelta Ciclista -este año no me la puedo perder que pasa por mi pueblo, Santiago-, y después el Mundial de Ciclismo en Ponferrada, que ya le vale a Zapatero la bobada; y en un plis plas, estamos en navidades.
—Visto así… –Moragas tomaba notas con lápiz rojo sobre el planning anual- Pero el 9 de noviembre tenemos…, ejem, Mariano, perdona, no te enfades conmigo, pero tenemos lo de Cataluña…
—¿El 9 dices? ¿Y no hay nada previsto? ¿Wimbledon, la Recopa, un campeonato de ajedrez, Urdangarín jugando al balonmano? ¡Lo que sea!
—Hablaré con la Federación a ver qué podemos hacer.
—Alonso corriendo en circuito cerrado por el aeropuerto de Castellón, un memorial Suárez de petanca entre Felipe y Aznar. ¡Un poco de imaginación, Jorge, que te juegas el puesto! Resuélveme eso del 9 de noviembre cagando leches.
Moragas, rápido en reflejos, pensó que la caza, qué coño, también es un deporte, y descolgó el teléfono de Spottorno:
—Rafa, dile a Su Majestad que el 9 tiene una cacería. El 9 de noviembre, sí, por el bien de España. Y esta vez no queremos accidentes.
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