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La deuda de Pescanova equivale ya a la mitad del presupuesto de Galicia en 2013.

Las noticias cada vez peores sobre Pescanova van subiendo peldaños en los medios de comunicación y cada detalle que se confirma o amplifica arroja una palada más de tierra sobre el cadáver caliente de la multinacional de Chapela, cuyos despojos se disputan tiburones financieros desde Cataluña y Luxemburgo. La deuda asciende ya a 4.200 millones: ¡la mitad del presupuesto de 8.479 MM. de la Comunidad Autónoma Gallega en 2013!

En la Galicia oficial, silencio absoluto sobre el desmantelamiento de la que ellos mismos decían era la primera empresa gallega. Ni una palabra sobre la conducta del Gallego del Año, Manuel Fernández de Sousa, bajo la lupa del juez Ruz y del fiscal anticorrupción. No se ha escuchado al presidente Feijóo, ni a otros destacados dirigentes políticos, un solo reproche hacia quienes han convertido el Titanic en un chapapote financiero. El asunto ni siquiera ha entrado seriamente a debate en el Parlamento, donde la diputada Carme Adán acumula varias preguntas sin respuesta.

Las preguntas sin respuesta en el Caso Pescanova son cada vez más y apuntan cada vez más alto. Nada se sabe de la exigencia de responsabilidades por parte de la CNMV; el Alcalde de Vigo se fotografía, igual que Feijóo, con la nueva cúpula y calla, como si Urgoiti fuera el salvador de la patria congelada y no el enterrador a sueldo que habla catalán en la intimidad y encarga de nuevo la auditoría a BDO, la auditora ciega, sorda y muda durante diez años, ahora también imputados por el juez Ruz. ¿Lo consienten la Junta de accionistas, los bonistas, los minoritarios que perderán todo, el propio juez Ruz, el juez mercantil de Pontevedra?

Luxempart, que aún no ha aclarado sus relaciones secretas con Sousa aparcando acciones, aspira a quedarse con la empresa a medias con Carceller, otro presunto delincuente al que la Audiencia Nacional tiene en el punto de mira por evasión y blanqueo de capitales. ¿Estos dos son los salvadores de Pescanova?

Ellos propagan el rumor de una condonación de deuda de 2.900 millones: la Banca –la misma que estruja a los más débiles- se ha vuelto loca o generosa con dinero ajeno, a fin de cuentas el rescate bancario, incluido el de Pescanova, lo pagamos los ciudadanos, mientras los casi 2.000 millones que faltan en caja se ríen de nosotros en los paraísos fiscales documentados en el sumario. Que todavía no haya nadie en la cárcel por esta estafa, que supera ya a las de Banesto y Rumasa, es incomprensible: a medida que salen datos nuevos es evidente el entorpecimiento a la labor de la Justicia, la ocultación de pruebas y la alarma social.

Más sobre el caso: “Pescanova Crimen Perfecto”.
Cuarto Poder: «Los autores deberían estar en la cárcel…».