La impresionante fachada de San Isidoro de León acogió por sexto año la Lectura de los Decreta, evento singular, entrañable y algo friki en el que tuve el honor de participar de nuevo, en la afectuosa compañía de Juan Pedro Aparicio, José María Merino, Santiago Asenjo, Alfonso García, el alcalde José Antonio Díez y un nutrido abanico de leoneses y leonesas.
Para los que no conozcan la importancia histórica y el significado actual de los Decreta de Alfonso IX, decir tan solo que proclamó los principios democráticos —el poder del pueblo— en las Cortes celebradas en León en 1188.
Esas Cortes convirtieron a León en la primera sede del parlamentarismo europeo, hito avalado por la Unesco al declarar los Decreta como “Memoria del Mundo” y hecho “relevante para la Humanidad”.
Gracias por invitarme a la Lectura; mi enhorabuena a la asociación Amigos de los Decreta; y a su presidente, Juan Pedro Aparicio, por su infatigable defensa leonesa —la 18ª comunidad autónoma—, frente a tantos desprecios de la Junta de Castiga a León.