El Observatorio de la Deuda en la Globalización ODG recoge en su informe Impunidad S.A. graves denuncias que documentan exhustivamente los modos esclavistas y neocoloniales en los que la empresa bucanera Pescanova basaba su explotación de los recursos naturales y de la mano de obra barata de países del Tercer Mundo, en este caso referido a Nicaragua. La denuncia de ODG amplia y completa, con testimonios estremecedores, la visión de una empresa colonialista y sin escrúpulos, ofrecida por Valentín Carrera en el libro de investigación Pescanova Crimen Perfecto.
Descargar el Informe: Impunidad S.A. (pdf)
Video denuncia de los trabajadores:
Algunos fragmentos del Informe: «Pescanova, así como otras grandes empresas del sector camaronero, ha ido generando una serie de impactos negativos en el departamento de Chinandega (Nicaragua). El tipo de industria que ésta corporación y sus filiales practican se caracteriza principalmente por fomentar e implementar una producción de tipo intensivo con vistas a sacar el máximo beneficio por unidad producida sin manifestar preocupación por las consecuencias tanto medioambientales como sociolaborales de su labor.
Así por ejemplo, una de las principales consecuencias de su actividad ha consistido en el desplazamiento de los pescadores artesanales que tradicionalmente practicaban un tipo de pesca y cultivo acuícola artesanales respetuoso con la capacidad de regeneración de los ecosistemas (TPP 2010, 47). Con la expansión de la superficie acuícola en producción, la ampliación de las granjas camaroneras de Pescanova y la presencia de vigilantes han reducido y dificultado el acceso a la costa a los pescadores, lo cual ha ido generando tensiones entre ambos (Mestre et al. 2011, 50).
En ocasiones, los pescadores han sido desalojados de sus campamentos temporales, en donde se instalan durante la época de pesca. Esto ha provocado conflictos violentos con el personal de seguridad de la empresa (Mestre et al. 2011, 75). A esta dinámica se le añade el hecho que en muchos casos es el propio Ejército y la Fuerza Naval de Nicaragua quienes realizan las tareas de vigilancia y protección de la producción de camarones, gracias a un acuerdo entre la Asociación Nicaragüense de Acuicultura y el Gobierno de Nicaragua. Pescanova, al llevar su actividad a zonas donde se reproducen las especies más jóvenes y al contaminar las aguas mediante la evacuación de los residuos producidos por sus granjas de cultivo de camarón, aboca a los pescadores tradicionales a tener que adentrarse mar adentro con los consecuentes costes que ello acarrea, tanto en su sentido puramente, económico (combustible) como vital dado el aumento de probabilidades de sufrir un accidente mortal mar adentro (Mestre et al. 2011: 17; Mestre y MSN 2010, 11).Por otra parte, los pescadores artesanales acusan a empresas acuícolas industriales por la contaminación generada mediante la evacuación de sustancias químicas, restos de animales muertos, etc. Esto tiene por consecuencia malos olores que afectan a la salud de la población local (Mestre et al. 2011, 41-42).
De manera que parece evidente que “tal y como se está implementando, el modelo de producción intensiva acuícola acentúa la desigualdad y pone en riesgo el acceso a determinados recursos naturales, básicos para muchos de los actores de la zona” (Mestre et al. 2011, 11). Además, dado que la mayoría del camarón producido se dirige a la exportación, los pequeños productores no tienen posibilidad de competir con la grandes empresas transnacionales como Pescanova, en esencia estructuradas por y para el comercio internacional, pues las mismas son las que controlan las plantas de procesamiento del producto en donde se les pone precio al mismo en base a las tarifas internacionales (Mestre et al. 2011, 39). Que el modelo productivo se destine a la exportación provoca que no tenga impacto alguno positivo sobre la soberanía alimentaria de la zona (Mestre et al. 2011, 51).
Foto: Oxfan Intermon
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