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La sociedad gallega tiene derecho a conocer las amistades peligrosas y los favores recibidos por sus representantes de estos banqueros depredadores que dejaron a miles de familias en la ruina. Frente a la corrupción, tolerancia cero.

Con la traca final de José María Castellano y Alberto Núñez Feijoo, concluirán esta semana las comparecencias ante la Comisión de las Cajas del Parlamento Gallego de presuntos delincuentes como Méndez y Gayoso, cómplices ausentes como Ordóñez y Currás y otros cooperadores necesarios.

En la Audiencia Nacional y otros tribunales se exigirán algún día, esperemos que pronto, las responsabilidades penales en procedimientos ya iniciados. Lo que se ventila en el Parlamento son cuestiones políticas y rendición de cuentas democráticas: transparencia.

¿Por qué se hundieron las Cajas? La respuesta es clara y sencilla: por la connivencia entre una casta política cómplice, untada y sumisa, que dejó hacer a una banda de atracadores con corbata. Por eso, esta Comisión de las Cajas se cerrará en falso si los diputados no son capaces de aclarar a la sociedad sus relaciones con los banqueros ahora apestados, con quienes compartieron barcos, préstamos, inauguraciones, fiestas y cuchipandas.

Las fotos de Quintana en el yate de Jacinto Rey o las de Feijóo con Marcial Dorado son cromos infantiles al lado del álbum que Méndez y Gayoso podrían exhibir con unos cuantos políticos que se sientan o se han sentado en los últimos años en el Hórreo. ¡Ay, si hablara el mayordomo del Club Iñás o cantaran las bodegas de Porto!

Pero las fotos no son lo más interesante: a la sociedad le importa conocer la relación completa de préstamos de Caixa Galicia y Caixanova a los partidos políticos con grupo parlamentario, PP, PSdeG, AGE y BNG. Todos y cada uno de los préstamos recibidos, condiciones pactadas, devoluciones hechas, condonaciones graciosas y demás detalles amorosos. Es un trabajo sencillo: basta una simple consulta a NCG Banco o bastaría con que los propios partidos, en aras de la transparencia, lo aportaran a la Comisión.

En segundo lugar, es relevante saber si Caixanova y Caixa Galicia hicieron préstamos personales a representantes electos, ya sea diputado, alcalde, director general, conselleiro; y si estos préstamos fueron en condiciones de mercado, como cualquier ciudadano, o tuvieron trato privilegiado e intereses subvencionados, con dinero de todos, por razón de su cargo o influencia. Yo puedo publicar mi hipoteca al 14,75%, con diez cláusulas abusivas e ilegales, y la comparamos con la suya, señor conselleiro.

En tercer lugar, a los ciudadanos nos interesa saber si Gayoso y Méndez, y otros, se han enriquecido de modo ilícito; si poseen, ellos o sus testaferros, patrimonios desmesurados fruto del pillaje. Hacienda ha aportado al juez información sobre la Infanta, o sobre insignes diputados del PP: no veo por qué no han de aportar estos señores al Parlamento –antes o después tendrán que hacerlo en el juzgado- sus declaraciones de renta y patrimonio de la última década.

Sobre estos tres agujeros negros hay un espeso manto de silencio parlamentario, muchas fintas y mucho guante blanco. La sociedad gallega tiene derecho a conocer las amistades peligrosas, las complacencias y los favores recibidos por sus representantes de estos banqueros depredadores que se asignaron sueldos y jubilaciones multimillonarias y dejaron a miles de familias en la ruina. Frente a la corrupción, tolerancia cero. Entonces, entonces sí, la Comisión de las Cajas habrá servido para algo.

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Foto: Méndez recibe la Cruz al Mérito Policial. Foto Efe. Archivo El País