La web transnacional e instantánea se ha cargado hace tiempo –si es que alguna vez tuvo sentido- la jornada de reflexión previa al día electoral. Sin embargo, a la vista de fines de semana tan intensos políticamente como éste, quizás el médico recete la jornada de reflexión a toro pasado.
Estamos asistiendo a una revisión profunda de la izquierda gallega que, en el plazo más corto, pone ya la vista en el horizonte del año 2017. En política, las horas son minutos; los años, semanas; y las legislaturas, trimestres. ¿Quién se acuerda ya de un presidente llamado Zapatero? Por no citar a Touriño, gran ausente en el 12 Congreso del PSdeG.
El cónclave se ha ido contando minuto a minuto con una espléndida cobertura en @GCcnfidencial. Un par de datos clave: Pachi Vázquez no suma 245 votos frente a 212 de Elena Espinosa, sino que su Ejecutiva monolítica nace con un lastre de 195 votos distraídos. La promesa solemne de una Ejecutiva de integración y el “qué buenos somos y aquí cabemos todos”, en boca del alcalde Orozco, se los cargó en un plisplas la rebarbadora de O Carballiño.
Con fatiga y cansancio, Pachi les ha hecho un ERE colectivo a Espinosa,Pepe Blanco, Abel Caballero, Carmela Silva,Antón Louro, Modesto Pose, Leiceaga, Barcón, Lage, Iván Puentes,Ismael Rego,Francisco Rodríguez… la lista de damnificados es interminable, incluyendo al aparato de Ferraz. Al tiempo, @PachiChachi se atrinchera en A Coruña con Méndez Romeu y Fran Caamaño -quizás el más aplaudido dela nueva Ejecutiva-y en Lugo con el tándem misterioso Orozco-Besteiro. Contado así, parecen chiquilladas: te lo juro por estas, ya no soy de tu pandilla, no te ajunto; si me votas, te hago presidente; vale, pero no se lo digas a Pepe, etc. De problemas, programas y soluciones desde la izquierda cabizbaja se habló más bien poco: quizás Vázquez guarde su arsenal ideológico para el debate de la Autonomía que comienza el martes.
Una vez suprimido el verdadero debate político que interesaría a los ciudadanos, hay una parte circense que chirría en la cultura política socialista (y popular, dicho sea de paso): el culto al líder, de connotaciones casi religiosas. De pronto, suena la musiquilla familiar, durante media hora se olvidan zancadillas y navajazos -dialécticos, eh-, y todos en pie aclaman al líder: al mismo al que poco antes han insultado –sí-, denostado, descalificado y no votado; el mismo que media hora antes les ha excluido y descabezado. Por último está Rubalcaba, la quintaesencia dela política. Igualte digo una cosa como te digola otra. Si hubiera ganado Elena, os felicito, habéis elegido a la mejor, ya era hora de tener una mujer secretaria general, “son las que mejor cocinan” (cita literal) etc.; si gana Pachi, os felicito, habéis elegido al mejor, la democracia nunca se confunde.
En otoño12 o primavera13, Feijóo convocará elecciones: Para cumplir su promesa de hacer primarias y listas abiertas, en el PSdeG tienen seis meses para ponerse las pilas y demostrar que no tienen miedo a la DemocraciaRealYa, a la transparencia, ala sociedad. Toda esta refundación les coge con el pie cambiado; por eso, Caamaño y Besteiro contienen la respiración y miden los tiempos, con la vista en 2017. Para entonces Hollande gobernará en Francia, Rajoy y Feijóo estarán desgastados, y los gallegos, nacidos a la autonomía en 1981, llevarán treinta años, casi ininterrumpidos, gobernados por la derecha.