«Los sentimientos no hacen más que empeorar las cosas a la hora de salir corriendo».
«El hebreo es un idioma antiguo que contiene dentro la soledad de las ruinas…»
«Era como si al bajar unas escaleras faltara siempre un peldaño…»
«A veces el destino cruza las cartas y, huyendo del perro, encontramos al lobo».
«La patria no existe. Es un invento. Lo que existe es el lugar donde alguna vez fuimos felices»
«Nadie tiene derecho a juzgar a nadie».
Son pensamientos entresacados de la novela “Esperando a Robert Capa” de Susana Fortes. Mi propuesta para este fin de semana es recomendaros la lectura de esta novela; me resultó apasionante. Un ejercicio gozoso de reconciliación con ese periodismo que me hierve en la sangre; tan difícil de ejercer en los abominables medios actuales.
La novela de Susana Fortes pone a Capa y a Gerda Taro en su lugar, en el magnífico papel de su periodismo apasionado y excesivamente comprometido, hasta la médula. El momento histórico (la Guerra Civil española) es singular, impresionante. Un par de perlas más para incitar vuestra curiosidad.
Capa: -¿Eres tú?
Gerda: -Bueno, no siempre.
Por momentos hice mía la sensación de Capa: «supo, con la certidumbre seca de una revelación, que no sería capaz de soportar la vida sin ella» y vi en Gerta a alguna amada flaca, obstinada, egoísta e insoportable, querida hasta el tuétano de los huesos.
«Plomo en el horizonte». «El guión me lo escribieron otros».
«Las paradojas tienen muchas aristas y por alguna de ellas asoma la vida con sus nervaduras de carne viva».
Y este párrafo perfecto: «Ojalá pase algo que nos salve de pronto. Ojalá nunca tengamos tiempo para traicionarnos. Ojalá no nos alcance el tedio, ni la mentira, ni la decepción. Ojalá aprenda a quererte sin hacerte daño. Ojalá la costumbre no nos vaya degradando, poco a poco, confortablemente, como a las parejas felices. Ojalá nunca nos falte el coraje para empezar de nuevo…»