―¿Qué hubiera ocurrido si el lunes 9 de marzo el viento hubiera arrastrado los gases tóxicos hacia el centro de la ciudad?
―La salud de los ciudadanos no puede depender de la casualidad.
¿Qué hacemos con Roldán y con todas las empresas mal instaladas cerca de cascos urbanos, poblaciones o cultivos? No hay que ser especialista para saber que hoy Acerinox no obtendría permiso para montar una acería en el casco urbano de Ponferrada ni sobornando a media consejería.
Estas multinacionales ―la italiana ENEL, Acerinox (capital japonés, Banca March y Koplovitz), la brasileña Votorantim; el capital chino de GEDI en Forestalia; o la canadiense Gold-Quest Mining― retuercen las leyes a su antojo para exprimir lo mejor de nuestra tierra (el agua de nuestros ríos embalsada en Bárcena, los bosques, el aire que respiramos) y nos van dejando a cambio un reguero de vertidos, nubes tóxicas anaranjadas o negras, canteras y minas a cielo abierto sangrando sobre el paisaje y un resultado final de pobreza que está a la vista de todos. ¿Qué parte de los 285 millones/€ de beneficio declarado por Acerinox en 2018 corresponde al Bierzo?
Le sugiero una tarea prioritaria a la Mesa por el Futuro del Bierzo y/o de León: erradicar del Bierzo toda esta industria pesada y peligrosa, ubicada en los lugares más inadecuados, con absoluto desprecio a la ordenación del territorio y a la salud ciudadana, y sustituirla por nuevas actividades verdes, sostenibles, limpias, como la agricultura ecológica. Esto sí que sería empezar a hablar en serio de transición ecológica.
Leer artículo en La Nueva Crónica.