Quizás sea ese nombre tan sonoro, tan francés, tan definitivamente literario: Pri-mo-ut. Quizás haya sido el paso del poeta Ángel González por la escuela de Primout, en 1946. Quizás sea la soledad de la sierra de Gistredo. El caso es que el pueblo de Primout se ha convertido en referente literario. En Tanta pasión para nada, Julio Llamazares le dedica el relato A Primout no vuelve nadie, donde recrea las vivencias del maestro.
Jordi Canals, corresponsal de Borges en El Bierzo en Londres, nos recuerda que el pasado 12 de enero se cumplieron cinco años de la muerte de Ángel González: «Sospecho que España se paralizará. Que se declarará aquel sábado día de luto nacional. Que en las escuelas el mejor de la clase recitará, puesto de pie en la tarima, algunos poemas de Ángel. No muchos, pero sí los justos. Mentidnos y decidnos que sí».
Jordi sugiere a los lectores de nuestro blog una breve pieza documental donde el poeta recuerda su estancia en Páramo del Sil y en Primout: «Allí hice mi aprendizaje de poeta». La pieza es excelente, no dejéis de verla imaginando, sugiere Canals, que el poema inicial lo recita la voz de Mastroiani…
La poetisa berciana María José Montero dedica a Primout un poema, incluido en De nuevo en el camino, que editará pronto eBooksBierzo:
«En esta tarde de agosto
hemos llegado al cielo,
las casas de piedra de Primout
y su río de aguas cristalinas
nos lo muestran.»
Para desmentir a Llamazares, en el Viaje interior del Bierzo, Anxo Cabada y yo pasamos a caballo por las faldas de Primout y luego pernoctamos en Salentinos, en Mil Madreñas Rojas, adonde nos prometimos, Jordi, volver.
Leer A Primout no vuelve nadie
Programa Esta es mi tierra de TVE.
Más sobre Ángel González y este poema:
«No fue un sueño,
lo vi:
La nieve ardía».
[Fotos de Anxo Cabada. Texto: Valentin Carrera]