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[…] En El Bierzo, como en el resto del país, estamos muy lejos de afrontar con rigor el cambio climático y aplicar las recomendaciones científicas para no superar el 1,5ºC de aumento de la temperatura global. El prestigio de lo ecológico encubre el cachondeo hipócrita. Es el llamado “greenwashing” (lavado verde de cara y culo, en traducción libre), es decir, comprar imagen con técnicas de lobby, publicidad y patrocinio, mientras se esconde la basura debajo de la alfombra, o se emiten dioxinas a los cuatro vientos.

Y ojo, quienes más contaminan son los que más nos mienten: cuanto más peligrosa es la actividad, más veréis a esas empresas tóxicas disfrazarse de lagarterana y vendernos su buenrollismo, tipo Campofrío —por citar un ejemplo del informe de Greenpeace— y su sensiblero anuncio de Navidad, mientras su actividad industrial contribuye a la destrucción del planeta.

Así pues —señores, señoras y señoros de la mesa, de la cama redonda, de la cosa empresarial, de la cámara subvencionada y de la adoración nocturna—, les traigo un encargo de parte de Greenpeace: hagamos el inventario de los ayuntamientos y las empresas trileras que hacen trampas al clima en El Bierzo; y para ellas, subvención CERO.

Hagamos la lista negra de los ayuntamientos tramposos y las empresas tóxicas, y clavémosla en la puerta de la Ciudad de la Energía como Lutero clavó sus tesis en la catedral de Wittenberg.

Leer artículo en La Nueva Crónica.

Descargar INFORME DE GREENPEACE.