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―Cuando la pandemia pase, volveremos a la normalidad… ¡no y cien mil veces no! Primero, la pandemia no va a pasar, ha llegado para quedarse, como la gripe, el sida y mil plagas más. Segundo: la normalidad era el problema.

―Esto no va de meter el dedo en el ojo al Gobierno, de odios y bulos ni de otras miserias. Tampoco va de capitanes A Posteriori, que todo lo saben a toro pasado; más bien, deberíamos prestar atención a las voces A Priori, que llevan décadas avisando el desastre.

 

Así como no creo en agoreros a posteriori, tampoco creo en profetas: simplemente hay pensadores, novelistas, ¬cineastas, pero también líderes espirituales, ecologistas e incluso financieros, capaces de leer la realidad. Los datos de esta pandemia estaban ahí, a la vista de todos: si nos coge desprevenidos, no habrá sido por falta de avisos. El cuento de la criada no es una distopía, sino un retrato del natural, dibujado con 36 años de antelación.

“¿Acaso necesito recordarles ―escribe Atwood― que ésta fue la era de la cepa R de la sífilis y también de la infame epidemia de SIDA que, una vez que se extendió, eliminó a una gran parte de la población joven y sexualmente activa de la reserva reproductora? Nacimientos de niños muertos, abortos espontáneos y malformaciones genéticas se extendieron y aumentaron y esta tendencia se ha relacionado con accidentes en centrales nucleares, así como fugas de productos químicos y de sustancias para la guerra biológica y lugares destinados a desechos tóxicos, de los que existían varios miles tanto legales como ilegales, o simplemente se vertían en el alcantarillado, y al uso incontrolado de insecticidas y herbicidas?”.

Lean, si lo prefieren, el informe Un mundo en peligro de la Organización Mundial de la Salud (septiembre 2019). No será por falta de avisos: si hemos decidido vivir en la distopía del consumismo, el derroche y la destrucción del Planeta; si arrasamos los bosques y ríos, si aniquilamos la biodiversidad y multiplicamos las chimeneas tóxicas y los basureros, ¿de qué nos extrañamos cuando cosechamos las pandemias que nosotros mismos hemos sembrado?

Cuando todo esto pase… mentira. La distopía del coranovirus no pasará, ya está en nuestro ADN. No volverá la normalidad tóxica y mejor que no vuelva. Mejor si hoy mismo empezamos a construir un mundo distinto.

 

Leer el artículo en La Nueva Crónica.

Descarga el informe de la OMS: Un mundo en peligo.