Muy oportunamente, TVE emitió ayer de nuevo La casa de Bernarda Alba para ir preparando el terreno: ¡Vuelve la Santa Inquisición!
La concejala socialista Olvido Hormigos ha cometido algún error (lo suponemos, pues aquí todos hablamos sin saber: quizás envió un vídeo íntimo a una persona que no merecía su confianza; quizás -desbordada por el linchamiento- se precipitó en la acusación al Alcalde). Pero, en todo caso, NO HA COMETIDO NINGÚN DELITO. ¿Por qué es ella el objeto de la polémica?
Alguien que la Guardia Civil deberá identificar y sentar ante el Juez SÍ ha cometido un delito: divulgar un video ajeno, violar la intimidad de otra persona. ¿Por celos, por venganza? ¡Qué importa!
Lo único importantes es ese delito contra el honor y la intimidad personal, al que todos estamos expuestos, por lo que se ve alegremente. Espero que ese zoquete que tenemos de Ministro del Interior, tan rápido con el Alcalde de Marinaleda, haya enviado ya a la élite de la Guardia Civil a detener al delincuente y a proteger a la víctima, Olvido Hormigos, de las agresiones que está recibiendo.
Mientras, todos esos sepulcros blanqueados que se rasgan las vestiduras, todos esos que se escandalizan hipócritamente, deberían aprender a practicar un poco más de respeto a la vida ajena. Ven la paja en el video ajeno, pero no la viga en el propio. Ya se sabe que los integristas –católicos, musulmanes, mormones o talibanes de Los Yébenes-, no se masturban ni van de putas ni cometen adulterio ni tienen hijos de soltera ni abortan aquí o en Londres ni mienten ni roban ni pecan. Por eso, ellos, los puros, juzgan y condenan a los demás, con arreglo a SU moral, y, si levantamos la guardia, nos lapidan, como han lapidado -por ahora solo mediáticamente y con insultos- a Olvido.
¡Bendita Olvido Hormigos y bendita sea la pureza de tu masturbación y tu gozo, y bendita seas con tu vida personal y con tu pan te lo comas que a nadie importa! Si acaso, te doy las gracias por provocar este debate que ojalá sirva para limpiar tantas telarañas mentales que aún quedan en la España de Bernarda Alba.
[Foto: CooperantesBlog]