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Hasta el lunes los embargados pueden impugnar las cláusulas abusivas de su hipoteca. Hacerlo es fácil; no hacerlo, puede salir caro.

Abro hoy esta ventana a una causa común y urgente que afecta a miles de familias. Como el paro, como las preferentes, como los recortes en sanidad y educación, el rosario de la crisis va engarzando afrentas que se acumulan, una tras otra, sobre las espaldas de los contribuyentes, de los más humildes e indefensos. Hoy es urgente hablar de las hipotecas abusivas.

El Consejo General de la Abogacía Española ha dado la alarma: “Miles de afectados por hipotecas pueden quedar indefensos”. La nueva Ley 1/2013, aprobada por el PP en solitario, establece el plazo improrrogable de un mes desde su entrada en vigor para paralizar los embargos y procesos de ejecución en curso cuyos contratos contengan cláusulas abusivas.

La Ley 1/2013, de protección del deudor, reestructuración de deuda y alquiler social, entró en vigor el 16 de mayo: el plazo para que cualquier ciudadano afectado por un embargo ejerza sus derechos vence el próximo lunes 17 de junio. No hay prórroga posible: es un plazo preclusivo, vencido el cual sin haber ejercido la oposición prevista en la nueva ley, el ciudadano perderá sus derechos y los procedimientos iniciados seguirán su curso.

Este plazo perentorio de un mes impuesto en el Congreso por el brazo legislador del Gobierno es jurídicamente reprochable y cívicamente salvaje: una arbitrariedad. Distintas organizaciones y juristas están planteando ya cuestiones prejudiciales ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. También se plantea la inconstitucionalidad de la Disposición 4ª de la nueva ley, un batiburrillo de quiero y no puedo que suplanta al Real Decreto anterior (6/2012) sin derogarlo y deja el patio sembrado de disposiciones “zombies”, en acertada expresión del abogado Mateo Juan Gómez (Diario La Ley). Como el Gobierno no ha querido coger el toro por los cuernos, habrá que esperar otra vez a que la solución venga de Luxemburgo y el TJUE restituya derechos ciudadanos hurtados por la banca con la complicidad de gobiernos y legislaciones nacionales, y nos devuelva el orgullo y la conciencia de ser europeos.

Sin entrar en detalles que no caben aquí, el Tribunal de Luxemburgo ha cambiado el paso al abuso bancario declarando abusivas una serie de cláusulas reconocibles en miles de hipotecas: cláusula suelo (descabalgada ayer mismo por el Tribunal Supremo), vencimiento anticipado, responsabilidad universal, renuncias al fuero o a la lectura de la escritura (ver el “palo” del Supremo a la viciada práctica de muchos notarios), tasación a cargo de la propia entidad convertida en juez y parte y otras muchas impuestas por los bancos de modo unilateral y desproporcionando.

Si usted, o su padre, o su vecina, tienen en ciernes una demanda del banco y una ejecución de la hipoteca, o son avalistas (ojo, la nueva ley algo bueno había de tener: el Art. 8 ampara expresamente a las avalistas) deben hacer caso inmediato al Consejo de la Abogacía y presentar mañana mismo, o el lunes como muy tarde, un incidente extraordinario de oposición basado en las cláusulas abusivas. En la web de la PAH, recientemente premiada por el Parlamento Europeo para disgusto del PP, hay un kit de emergencia con modelos gratuitos. Aunque sea deprisa y corriendo –así lo ha querido el Gobierno-, miles de afectados por hipotecas abusivas tenemos hasta el próximo lunes la posibilidad real de hacer valer nuestros derechos.

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