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En las próximas semanas muchos sentiremos la necesidad de sustraernos a la invasión del ejército de Papá Noeles clonados al estilo Kim Jong-un y ponernos a salvo en algún sitio donde no se festeje la Navidad, antes de que el Pequeño Tamborilero nos taladre los tímpanos con su ra-ta-tam-tam. Uno de los mejores lugares donde protegerse, cómodo, barato, casi gratis, y siempre a mano, es entre las páginas de un buen libro. Pocas cosas son más sostenibles que una buena lectura.

Así pues, me permito compartir con los lectores y lectoras de este blog cuatro sugerencias para regalar o autorregalarnos esta Navidad, cuatro libros con un denominador común: “La naturaleza nos enseña a ser humanos”.

La frase afortunada es el subtítulo de Verdolatría, de Santiago Beruete, editado por Turner Noema, una lectura imprescindible en esta época consumista y decadente.

Santiago Beruete es un jardinósofo, aunque la solapa de su ensayo lo describe como “antropólogo y filósofo que vive en Ibiza y, cuando no está en el jardín o escribiendo, imparte clases de Filosofía”. Se doctoró en Filosofía con una tesis sobre jardines: ya pueden ustedes hacerse una idea del tipo al que nos enfrentamos. No hubiera superado el nihil obstat de nuestras facultades escolásticas.

Cuando Verdolatría cayó en mis manos sentí desde las primeras páginas una gran complicidad con el autor, una intensa conexión intelectual y emocional. El ensayo de Beruete es un cruce entre una (nueva) Historia de la Filosofía —que ya me hubiera gustado estudiar en el Bachillerato— y un manual de jardinería. Con técnica de delicado fecundador de orquídeas o polinizador de rosas negras, Beruete responde a cuatro preguntas que no podemos dejar de hacernos: Qué puedo saber, cómo debo actuar, qué me cabe esperar, qué significa ser humano. Beruete, con una prosa lúcida y cristalina, construye respuestas abiertas, complejas. Un libro imprescindible.

En segundo lugar un clásico, la edición ilustrada de Walden, con prólogo de Michel Onfray, editada por errata naturae con ocasión del 200 aniversario del nacimiento de Henry David Thoreau, obra de cabecera que conviene leer y releer ahora que el calentamiento global confirma los peores pronósticos.

Thoreau, padre del ecologismo y de la tan necesaria desobediencia civil, vive durante dos años en una cabaña que construye con sus manos. Su vuelta roussoniana a la Naturaleza se resume en una consigna: “¡Simplicidad, simplicidad, simplicidad! Que vuestros asuntos sean dos o tres, y no cien o mil. En lugar de tres comidas al día, haced si es preciso tan solo una; cinco platos en lugar de cien, y reducid todas las cosas en la misma proporción”.

“Vivimos demasiado rápido —escribe Thoreau en 1845—. No subimos al ferrocarril, éste se sube a nosotros”. Otro libro realmente imprescindible y necesario.

En tercer lugar, Solución Residuo Cero del profesor neoyorquino Paul Connett, fundador del Movimiento Residuos Cero y activista del reciclaje radical, que alza su voz contra las incineradoras que amenazan por doquier la salud del planeta.

Tuve la suerte de conocer a Paul Connett este año y mostrarle el paisaje de mi tierra, El Bierzo, amenazado por una incineradora que pretende quemar neumáticos usados y basuras peligrosas en el corazón verde de la comarca.

El mensaje de Paul Connett a cuantos compartimos la preocupación por dejar a nuestros hijos e hijas un planeta habitable es contundente y esperanzador. Solución Residuo Cero —“el libro que Ecoembes no quiere que leas”— ha sido editado en España por editorial Kaicron, con prólogo de Jeremy Irons, y contiene todo un manual de buenas prácticas para limpiar el planeta de basura, “comunidad a comunidad”.

Mi cuarta recomendación es otra obra en estado de gracia, El país de los pájaros que duermen en el aire: Un paseo por la extraordinaria Naturaleza española, de la bióloga y divulgadora ambiental Mónica Fernández-Aceytuno, editado por Espasa con primor.

Desde el feliz hallazgo del título —escuchen de nuevo el trino: El país de los pájaros que duermen en el aire—, Mónica nos regala un diario poético en prosa a ante bajo cabe con contra de desde en entre hacia hasta para por según sobre tras la Naturaleza, el dietario de las cuatro estaciones en los cuatro puntos cardinales del país con mayor biodiversidad de Europa.

En la web de Aceytuno he encontrado un valioso texto de mi tocayo berciano, el filólogo Valentín García Yebra, a propósito de un libro anterior de Mónica, El viento en las hamacas: “Si yo pretendiera decir todo lo que me encanta de este libro, tendría que repetir ante ustedes íntegramente su lectura —afirma el académico de Lombillo—. Mónica recomienda el amor a la Naturaleza, a la que vemos «desde el lugar que nos ha tocado en suerte. Amarla por siempre y para siempre, en la imaginación, donde nada muere»”.

Les citaría para acabar algún hallazgo mágico de El país de los pájaros que duermen en el aire, pero una amiga se llevó ayer mi ejemplar para leer estas vacaciones en un faro solitario. No puedo imaginar nada mejor para dejar que la Naturaleza nos enseñe a ser más humanos. Feliz 2019.

Foto portada: Jazmín, de Mónica F. Aceytuno.

Para saber más:

Verdolatría, Santiago Beruete, Turner Noema, 2018.

Walden, Henry David Thoreau, errata naturae, 2017.

Solución Residuo Cero, Paul Connett, Editorial Kaicron, 2016.

El país de los pájaros que duermen en el aire, Mónica F. Aceytuno, Espasa, 2018.